viernes, 8 de agosto de 2014

No te vayas, por favor. Quédate a mi lado, amor mío.







El bosque fue cobijo y guardián de nuestro último adiós.
Te sujetaba con todas mis fuerzas, no quería enfrentarme a ese dolor.
Amor mío, en todos los tiempos no hubo tan grande amor.
Mis brazos te mantienen amarrado fuertemente a mí. No quiero que me sueltes, contigo quiero morir. 
El bosque hará un lugar secreto, te lo prometo, para que en los sueños nos encontremos y vivamos nuestros anhelos.
Recuerda la luna mágica, risueña, cómo nos envolvía con su ternura, siendo testigo de tus palabras de amor: dulces, serenas, que se religaban con el alba. Juntas nos hilaban noches quiméricas…
Noches que quedan intactas en mi mente y en tu memoria, lo sé; lo sabes. Incontables horas de felicidad plena, cada gesto de nuestro rostro ha mostrado con orgullo que así era.
Se fueron junto al tiempo, todos aquellos instantes, aun así, se grabaron en el cielo, veo en él el reflejo de nuestro amor latiendo. ¿Dime si lo ves también?
Recuerda cuando nacía el día, nuestras miradas se acariciaban y despertaban inquietas en cada nuevo día. Cómo olvidar tu despertar… Cómo olvidar tus locuras que crecían cada vez más sin ataduras…
Nos complementábamos, nos alimentábamos de lo mejor de cada uno. Era un mundo extraño, no parecía ser verdadero pero era tu mundo y el mío. Un mundo de ilusiones para vivirlo por completo.
No te vayas, por favor. Quédate a mi lado, amor mío…
Deja que el mundo gire trescientos sesenta grados, o se quede quieto. Deja que fluyan los mares o se vacíen por completo. Deja mi amor que el cielo celeste tenga cualquier color o que sea la noche tormentosa que se apodere de su inmensidad, pero… Quédate a mi lado, no te vayas, por favor.
Deja que las montañas se conviertan en enormes llanuras, deja que la luna se vea con su amado sol; deja que todo pase; pero no dejes que me quede sin tu amor.
Amor, amor, amor de mis días más felices, amor de mis noches más tristes, deja que el universo desaparezca si no podremos amarnos en esta tierra.
Recuerda que amar es de almas grandes y tu alma junto a la mía se fusionará por los siglos de los siglos aunque nos consuma la soledad a pesar de  no habernos querido separarnos jamás.