lunes, 20 de abril de 2015

Te robo una frase, décima entrega.


Todos los meses participamos en el juego "Te robo una frase" creado por Ramón Escolano. 
Este mes, me hace mucha ilusión porque Ricardo Plantagenet Médano ha propuesto una frase de mi novela "Un nuevo amanecer" junto a otras frases de varios autores para participar en el juego, y  ha salido elegida la mía, la cual agradezco muchísimo a quienes la hayan votado.
Entonces, pensé que sería una gran ocasión para compartir parte de esta historia, que con tanto cariño escribí. 
Aclaro que los  protagonistas son argentinos, (lo digo por los acentos). Espero les guste. ♥

Descubriendo la pasión desconocida
[...] La música daba alegría al lugar. Se escuchaba en toda la playa y comenzamos a bailar siguiendo la coreografía de los muchachos. No hizo falta que me observara por mucho tiempo. Enseguida se dio cuenta que al menos sabía moverme. 
–Parece que te gusta menearte… –pronunciaba mientras miraba mi trasero que iba al son de la canción y se marcaba la tanga del bikini mojado, debajo del short. 
Se fue colocando detrás de mí e imitaba mis movimientos. Por un momento olvidé todo y me dediqué a pasarlo bien. Cantábamos y bailábamos al mismo ritmo, nuestros cuerpos cada vez se pegaban más; podía sentir cómo me rozaba. Me estaba gustando. Me estaba divirtiendo, como nunca, mientras bailaba esa canción. Mala- Mario Méndez.


 Liberé mi cuerpo, todo era adrenalina y excitación. Sus manos en mis caderas pedían más. Su boca reclamaba a gritos sobre mi cuello un mordisco, mientras su pecho desnudo se contorneaba sobre mi espalda y mi cabello mojado. Nuestras pieles se hablaban. Hasta los corazones latían al mismo compás. Notaba su excitación, me invadía el calor. Sensualmente yo subía y bajaba con mis caderas pegada a su pelvis y a sus piernas. Su respiración era melodía para mis oídos. 
Mis brazos inquietos acariciaban mi cuerpo, le provocaban deseo. Lo sorprendí girándome. Apoyé mi pecho sobre el suyo, intercalé mis piernas entre sus muslos y sin control, comencé a menearme más y más mientras él sostenía mi cintura con sus manos acompañando mis movimientos. Me flexionaba y mis caderas bajaban, con mi mirada incitaba la suya. El fuego se podía observar. Ya quemábamos por dentro, mi cuerpo trepaba el suyo. Con mis manos recorrí sus brazos hasta sus hombros y parada frente a él, contorneaba mis caderas sin cesar. Noté su locura, nos encapsulamos dentro del sonido de los instrumentos que resaltaban en la canción. Ya no oíamos la letra, solo era música y pasión.  Ardor y deseo. 
Mi boca sedienta, su lengua que asomaba por momentos humedeciendo sus labios. Mi cuerpo. Su pecho empapado. Mis manos jugaban en sus muslos. Decidí sacar la loba dentro de mí. “¿Querés jugar?” Juguemos –pensaba mientras exponía mi sensualidad más allá del límite. 
Mis movimientos impuros, rozando, provocándolo, se unieron a la letra del reggaetón.
 “…Que todo empiece a temblar, poder contigo jugar en la noche o morir, los dos atados juntos así tus manos cerca de mí, amándote hasta el fin…” 
Sentía cómo lo llevaba a la demencia. Me deseaba, me saboreaba con su lengua cuando se acercaba más a la mía, queriendo abandonar su boca tentadora sin llegar a unirnos en un beso. Sus manos descontroladas se perdían en mi espalda hasta llegar a mis caderas queriendo tocar más allá, desesperándose por traspasar el final de mi columna. 
Percibía cómo intentaba poco a poco bajar sus manos hasta el lugar más marcado y moldeado de mi cuerpo. 
El mundo giraba a nuestro alrededor, imaginaba luces en el horizonte. Atardecía lentamente, el sol escapaba abandonando nuestra complicidad dejando a la luna como testigo de nuestra pasión.

Aplausos y más aplausos nos transportaron a la realidad. Todos estaban mirándonos. ¡Oh! ¡Qué calor! No podíamos dejar de mirarnos. Sonreímos ante los demás y nos fuimos a buscar mi bolso y demás cosas para salir de ahí, como si hubiésemos acabado de cometer un delito. De repente, me había dado cuenta de lo que acababa de hacer. 
–Ah mamita me mataste… –apenas salían las palabras de su boca. 
Notaba cómo respiraba con dificultad, intentando calmar su agitación. Y yo… no voy a mentir, la mía estaba a mil revoluciones. En mi vida bailé tan excitada y con tanto deseo.
 –¡Wow! –dijimos a la vez… 
Y nos reímos sintiéndonos cómplices. 
–Después de esto necesito un baño con hielo –su mirada perturbada me observaba. 
Mientras repetía esa frase una y otra vez acariciaba con la mano su pecho. Me provocaba tanto deseo… Él solo llevaba su bañador mostrando un cuerpo casi perfecto a pesar de haber pasado los cuarenta y pico.
 –¿Y ahora qué? –mordiéndose la boca, esperaba mi respuesta…Una respuesta que me costó horrores dar.

 *****************
Mientras volvíamos al hotel, mi cabeza no hacía más que pensar en qué respuesta le daría. Si le decía que no, pensará que lo calenté para nada. Si le decía que sí, creerá que consiguió conquistarme, lo que lleva buscando desde el primer instante, además de creerme igual a todas. Tengo claro que le diré que no aunque me muera de ganas por estar con él. Si lo hago con él, ¿cómo vuelvo con Eduardo? Mi vida sexual era tan pobre que me tentaba saber que había más allá de un hombre. Eduardo era tan clásico, hasta a veces tan aburrido, que no sé cómo soportaba eso. No se hablaba ese tema en nuestra pareja, parecía prohibido, y si no, él me hacía sentir una atorranta cuando yo quería algo diferente, cuando pedía más, cuando entraba a un mundo desconocido para él. 
Además, ya hacía un mes que estaba sola y meses sin intimar con Eduardo. 
No me había dado cuenta que habíamos llegado al hotel cuando me interrumpe Maxi.
–No me diste ni bola, hablé con las estrellas. ¿En qué pensás? –me decía mientras se acomodaba frente a mí. Con su dedo índice apoyado en mi mentón, levantaba mi cara–. 
No te preocupes mamita, no te pondré contra la espada y la pared. Te conozco más de lo que imaginás. Te dejé esta tarde mientras dormías mi tarjeta con el número de mi celular debajo de tu notebook –me guiñó un ojo y me sonrió. 
–Ya vi que sos bastante chusma, y hurgaste mis cosas –me mostré enojada.
 –No te calentés bonita, me encanta leer lo que escribís. Ojalá algún día me escribas algo a mí. 
–Ya te digo que no. Te llamo cualquier cosa más tarde, si no, ya nos cruzaremos en estos días.
 –O sea tenés claro que no me vas a llamar –riéndose a carcajadas movía negando con su cabeza–. ¿Sabés qué? Sé que me llamarás. Sé que te morís de ganas por estar conmigo. 
Grrrrrr, ¡odiaba que fuera tan fanfarrón! Que se creyera irresistible y que me moría por él. 
–No te mientas Mariela, –me dije a mí misma– te estás volviendo loca por él. Tenés que alejarte. 
–¿Mirá, sabés qué? –le respondí con una expresión de “no me importás nada”. 
–¿Qué?  –seguía mi juego mirándome con burla. 
–No te voy a llamar. Es más, me voy a dormir. Así que, buscate otra y divertirte. Buenas noches. 
Lo dejé ahí. Parado. Solo. Demostrándole una vez más lo tonta que soy. Seguro que eso pensaba. Pero yo no sabía manejar la situación. Me fui a mi habitación y sin más, lo dejé en la entrada del hotel. 
–Soy una tarada. No, una imbécil. ¿Por qué me comporté así? Después de lo bien que lo pasamos. ¡Además, lo provoqué yo! ¿Qué pensará ahora de mí? 

Me llené la bañera, eché unas gotas de gel para hacer espuma. Me llevé mi notebook, la apoyé sobre la tapa de una mesita auxiliar que había y puse música.  Mi mente trajo a Maxi de nuevo en mis recuerdos. Ese hombre no salía de mi imaginación… 
Sentía el agua tibia sobre mi piel, friccionaba mis piernas con la espuma entre medio de ellas. Me frotaba suave mis brazos, mi cuello, mientras bajaba despacio hasta mis pechos. Enjaboné mi abdomen. Deslicé mi mano hasta llegar a mi entrepierna. En ese instante la música fue culpable de traer a mi mente esos momentos fogosos y alocados que, minutos atrás, se produjeron al bailar con ese hombre inolvidable. Perturbador de mi mente. Culpable de mis deseos ardientes. La misma canción que hizo liberar mis instintos salvajes en la playa junto a Maxi, comenzó a retumbar en las paredes del baño.
 Nunca me atreví a conocer íntimamente. Ahora, sola, sería un buen momento.  Me ganó la curiosidad y el fuego que seguía dentro de mi cuerpo. 
 Comencé a acariciarme, a tocarme. A descubrirme por primera vez. 
Ummm… Qué placer más bonito, recorrer mi más íntimo secreto con mis suaves manos. Al compás de mis suspiros que, poco a poco, hacían eco en mi garganta encontrando la libertad, salían susurrando entre la tibieza de mis labios, fusionándose en el ambiente húmedo, aromático. La melodía se confundía con mis jadeos, terminando como una nota de sol mayor eterna… 
El ritmo crecía más y más, no podía parar, estaba siendo un vicio, entraba en un mundo de sensaciones deliciosas desconocido para mí. ¿Cómo nunca había sentido esto? Mis ojos cerrados se hicieron cómplices de mi mente, recordando las veces que lo tuve tan cerca a ese hombre misterioso. 
Me volvía loca, despertaba mis más bajos instintos, no sabía por qué, pero conseguía sacar una parte de mí que no conocía.
 Lo imaginé conmigo en el agua, entre pompas de jabón que se escapaban entre mis dedos, cayendo por su pecho que respiraba violento. Sus manos lentamente recorrían mis muslos, en movimientos circulares, acercándose cada vez más a mi rincón de sensaciones desconocidas. Deseosa de estallar entre sus manos, su boca, su parte más tormentosa. Entre pensamientos y fantasías perdí la noción del tiempo pero viajé del cielo al infierno varias veces en un incontrolable placer. 
Ummm, quería hacer ese viaje otra vez. ¿Será normal querer revivir lo desconocido de nuevo…? 
Terminé de bañarme, esta vez bajo la ducha para descargar esa sensación que me dejó temblando, débil, exhausta. Pero a su vez, espléndida, alegre, con ganas de querer vivir más. 
Logré ver el brillo de mis ojos al maquillarme frente al espejo, ahora entendía cuando decían que una mujer después de hacer el amor lucía radiante. No lo había hecho, claro, pero logré alcanzar una cantidad innumerables de orgasmos y pareciera que el resultado era el mismo. Por primera vez descubrí qué era un orgasmo intenso. Varios orgasmos intensos que me dejaron con una energía frenética. 
Me puse un vestido rojo, corte recto; ceñido al cuerpo, con un escote caído delante, ya que era de una delicada tela sedosa, y otro redondeado en la espalda, dejándola totalmente desnuda hasta el límite de mi columna y mi trasero. Largo, hasta debajo de las rodillas con una abertura de frente, desde el nacimiento de la pierna. Sí, un vestido irresistible. Donde tenía pensado ir merecía la pena lucirlo. 
En mi cabello llevaba un peinado recogido hacia un lado, con un broche de brillos rojos, dejando mis bucles negros caer hacia el costado contrario.
 No era perfecta, pero tenía un cuerpo con curvas y me sentía hermosa y eso quería que vieran. 
Lo completé con unos preciosos zapatos de tacón rojos de ocho centímetros de alto y una cartera haciendo juego. Saliendo por el pasillo de mi habitación, pinté mi boquita de rojo carmín, tirándome un beso en el reflejo del espejo que adornaba la entrada. Mientras acababa de ponerme los pendientes de perlitas rojas y el collar haciendo juego.  
Me puse mi perfume preferido, Kenzo. Ahora sí, ya estaba lista. Moría de ganas por ir al restaurant que me habían recomendado donde hacían cena-show. Los dueños eran argentinos así que tenía ganas de sentirme como en casa y recordar mis raíces.
 ¿Llamaré a Maxi? “–Uf Mariela, otra vez cayendo a sus pies–”. 
No, tenía que ir sola. Quería ir sola. Abandoné el hotel sintiendo las miradas clavadas al pasar. Me ruboricé y hasta salí con una risita de chiquilina. Me sentía por primera vez segura de mí misma. Mi autoestima estaba a mil. [...]

Si te gustó podés leer los primeros capítulos de  "Un nuevo amanecer" en mi página de Wattpad.


Les comparto el book- trailer:









Espero les haya gustado. ¡¡Hasta la próxima!!

lunes, 16 de marzo de 2015

Muerto en vida: Te robo una frase, novena entrega.

Novena entrega de este juego creado por Ramón Escolano en  Jukeblog #TeRoboUnaFrase
La frase elegida este mes de marzo es:

No espero ni pido que alguien crea en el extraño aunque simple relato que me dispongo a escribir. Loco estaría si lo esperara, cuando mis sentidos rechazan su propia evidencia. Pero no estoy loco y sé muy bien que esto no es un sueño. - De Edgar Allan Poe, El Gato Negro.


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No espero ni pido que alguien crea en el extraño aunque simple relato que me dispongo a escribir. Loco estaría si lo esperara, cuando mis sentidos rechazan su propia evidencia. Pero no estoy loco y sé muy bien que esto no es un sueño. Ojalá lo fuese, no deseo otra cosa en esta vida, que nada de aquello hubiese ocurrido. Pero pasó. Lo recuerdo cada vez al oír la sirena de los bomberos; al encender la chimenea en estos días de invierno... tan fríos, como lo están mi alma y mi corazón.
Mi mente se trastorna, observo cómo las brasas se van encendiendo, a la vez que se transforman en siluetas y se van esfumando, como aquel día del horror... el día que los vi abrasados, envueltos en llamas... 
Aquel maldito día que me quedé sólo, sin mi hijo y sin mi amor.


lunes, 9 de febrero de 2015

Reseña de "La Ropavejera" El génesis del mal, de Ramón Cerdà.



Sinopsis:
Enriqueta Martí, más conocida como «La Vampira del Raval» fue sin duda la mayor asesina en serie en la España de principios del siglo XX. Proxeneta, secuestradora y sacamantecas, mucho es lo que se ha escrito de ella, pero aun así, son todavía numerosas las lagunas que quedan en la historia.
Ramón Cerdà, autor de La habitación de las mariposas y Las voces de las hormigas entre otras muchas obras, con esta novela histórica ha adaptado el corto cinematográfico de La Ropavejera, a la vez que ha ampliado su alcance hasta cubrir toda la vida de Enriqueta Martí, desde su nacimiento en Sant Felíu de Llobregat (1868) hasta su polémica muerte en la cárcel de mujeres Reina Amalia de Barcelona en 1913.
En la calle Ponent, 29 de Barcelona, donde vivía, La Ropavejera tenía instalado algo más que un burdel, ofreciendo a sus clientes de la alta burguesía, cremas y elixires elaborados con sangre y grasa de sus víctimas.
¿Dónde termina la verdadera Enriqueta Martí y dónde comienza La Ropavejera?: Eso nadie lo sabe…
… ni lo sabrá nunca.


laropavejera

Hoy les traigo una lectura particular y extraordinaria. Tengo que decir que a medida que voy leyendo más obras de Ramón Cerdá, me conquista el entusiasmo y el atrevimiento que muestra a la hora de escribir. Ni de casualidad soy de las personas que buscan este tipo de novelas para leer, pero tengo que reconocer la admiración que siento ante los escritores que se atreven con temas como los que trata este libro, en este caso, ante Ramón Cerdà, que se reluce en esta novela y, creo yo, supera todo lo que leí de él hasta el momento.
Antes de continuar quiero agradecer  a Ramón la enorme gentileza de mandarme sus novelas :). ¡Gracias!

El encantador de abejas fue lo más sangriento que he leído de Ramón, pero esta novela no se queda detrás, aunque encontrarán varios géneros dentro de su historia. Además, reconocer que el personaje de Enriqueta es sublime. Después de haber escuchado documentales y haber leído noticias sobre dicho personaje, Ramón Cerdá supo recrearla a la perfección. Realmente es una historia que creés que sucedió  tal como Ramón lo cuenta. Debo aclarar que él mismo nos dice haber amoldado diferentes licencias literarias para hacer más coherente la adaptación al corto cinematográfico, ya que esta novela nace de la idea original de Rafa Lis y del posterior guión de Nacho Ruipérez, surgiendo el corto cinematográfico, como decía, de La ropavejera.

En esta novela nos centraremos en un personaje real de principios de siglo XX, concretamente en Barcelona y el autor nos hará vivir con intensidad esta historia. Como nos adelanta en  la sinopsis, esta mujer fue una asesina en serie, proxeneta, secuestradora de niños y prostituta.


Foto tomada de google, personaje real. Enriqueta Martí: 




También llamada  La Vampira del Raval, La ropavejera.
Nació en  Sant Felíu de Llobregat en 1968 y murió el 12 de mayo de 1913.

Otros personajes de la novela que forman  parte de la familia: (Personajes históricos reales)

Padres: Pau Martí Pons y Eulalia Ripollés.
Hermana: Francisca Martí i Ripollés
Marido: Joan (Juanitu) Pujaló Ortiz. Pintor fracasado.
Angelita: Personaje histórico real, supuesta hija de Enriqueta y Joan Pujaló Ortiz.

Niños secuestrados que figuran en la novela:
Pablito, Juanito,  Arnau, Lluiset, Ratolí, Tonín, Coixet, Tortet y Teresita, este último es un  personaje histórico real.


Foto tomada de google. Momento en la brigada Ribot encuentra a Teresita.

Personajes históricos reales:

José Asens: Agente municipal que comienza la investigación del secuestro de Teresita tras la denuncia de un vecino.
Ribot: Brigada municipal, superior del agente municipal José Asens.
Salvador Vaquer Campanar: Uno de los amantes conocidos de Enriqueta.

El libro está dividido en tres partes.
Génesis: Primer parte, está dividida en once capítulos.
Apocalipsis: Segunda parte, dividida en seis capítulos.
El juicio final: Tercera parte dividida en seis capítulos.
Epílogo 1913
Epílogo II
NOTAS DE AUTOR Y AGRADECIMIENTO.

Escrita con gran calidad, fluidez y ese estilo personal, que le voy conociendo cada vez más a Ramón Cerdà a la hora de narrar y es la forma en que detalla y argumenta las cosas. Quiero destacar la encuadernación de lujo que tiene este libro.

El autor nos hará conocer en la primera parte varios personajes que serán clave para esta historia.
Quiero destacar que cada capítulo da comienzo en diferentes meses y años pero siempre en el mismo día: en el que casualmente Enriqueta nació. Una noche tormentosa del día 13. (Esta es una de las licencias literarias que se toma el autor para dar más énfasis a la historia).
Todos sabemos que el número trece está relacionado con lo maldito, lo diabólico, la mala suerte. Ramón menciona que su intención fue acrecentar la leyenda de la manera más cruda y debo decir que lo consiguió con creces. Ahora sé de dónde viene la leyenda del viejo de la bolsa (en Argentina) que tanto miedo me daba de chiquita...Jeje...
Hablemos de la historia:
De entrada conoceremos un personaje llamado Dofi, hijo de un importante político catalán y cliente habitual de Enriqueta. Puedo asegurar que ya al comienzo sabremos cuál es el "trabajo" de la ropavejera.  Todos sus clientes usaban un antifaz de piel para no ser reconocidos, (y no precisamente de piel animal..., que ella misma confeccionaba)
 Pablito, será el primer niño en escena. Y a medida que nos adentremos en la historia irán apareciendo más criaturas. Como podrán imaginar, una historia muy difícil, dura y siniestra, al menos para mi mente tan romántica jeje.
Pablito será un niño clave para esta historia hasta el final. Será un nombre que Enriqueta tendrá presente hasta el último día de su vida.
Angelita, hija de Enriqueta (...) dejo un espacio porque se encontrarán con una sorpresa. Ella será quien la ayude en este negocio tan oscuro y perverso. Pero aparecerá en la vida en Enriqueta unos años después, cuando la ropavejera esté en el cambio de "su negocio".
 El personaje de esa niña es asombroso hasta el final. Dará un giro la historia que realmente no esperamos.

Enriqueta tuvo una  infancia muy difícil,  su madre la abandonó a los once años. Su padre, desde ese momento, le ha hecho creer que era ella quien tenía que ocupar el lugar de su madre (en todos los sentidos). Eso causó que este personaje creciera con un carácter un tanto particular, con resentimiento, odio y asco hacia su padre, se logra comprender los sentimientos de Enriqueta hacia su padre en ese momento). Si esperó más tiempo para marcharse, fue por su hermana, porque sabía qué le esperaba. Así fue como La ropavejera terminó en la calle a los dieciocho años y acabó prostituyéndose.
 En el año 1886 era una época donde Cataluña apoyaba el carácter emprendedor, laborioso y reflexivo además de ser una sociedad machista. Pero para Enriqueta eso no era un impedimento por tener dieciocho años, ni siquiera por ser mujer. Ella se consideraba un tanto hombre por su forma de pensar y actuar, además de no creer en la igualdad de sexos.
Hay que destacar que la vampira del Raval era una mujer audaz, fría, calculadora y se tenía mucha fe en poder emprender lo que se propusiese.
Fue así como además de vender su cuerpo aprovechaba sus conocimientos sobre ungüentos y cremas que vendía a sus clientes. Tenía en su memoria, (además del cuaderno de la abuela, pero no en sus manos) dichas recetas.
¿Imaginan con qué hacía esos preparativos? Además de su famoso elixir que consistía en rellenar unos frasquitos de sangre...
 Sus clientes eran en su mayoría políticos y banqueros, gente de muy buena posición social, no podía ser de otra manera ya que las vendía a un precio alto, y no cualquiera se podía dar esos lujos.
 Eso, entre otras cosas, hizo crecer el estatus de Enriqueta, dejar la calle y poder acrecentar su negocio cambiando de pisos hasta conseguir uno, el cual reformó todo, y en el que daba grandes fiestas.

Aleister Crowley: Personaje real, fue un influyente ocultista, místico, alquimista y mago ceremonial inglés.
Este personaje dará un toque particular en la historia. Enriqueta tuvo una época en la que practicaba sesiones de espiritismo con su amiga Juanilla (prostituta, además, de convertirse en su amante).
Este personaje, también llamado "Lord Boleskine" da un aire de misterio, paranormal y suspense en la historia que me puso los pelos de punta.
Como pueden ver es una historia que trata muchos temas y la cual maneja varios géneros.
Cuando llegamos al final de la historia, Teresita, pasará a ser una de las protagonistas principales junto con Angelita, en donde se añade el género policíaco, entre otras cosas, porque el espanto y horror se vive en cada página de esta novela.
Si hoy me dijeran que este personaje fue solo una leyenda, después de haber leído todo lo que leí en esta historia, no lo creería.

Ya les conté que Enriqueta Martí fue un personaje real, pero claro está, que toda la fantasía que puso el autor en la obra, fue realmente extraordinaria, si quiso reconstruir aquella época negra de Barcelona de principios de siglo XX, lo ha hecho de maravilla. Quedé espantada, horrorizada y una noche hasta tuve pesadillas, precisamente en un capítulo en concreto, quienes me conocen saben que digo la verdad jaaj. ¡Qué valiente fui al leer esta novela! ¿Y vos? ¿Te vas a atrever? Yo te diría que no la dejes pasar... Sobre todo si sos amante de este género. Y si no los sos, también.
Felicitar a Ramón por haberse documentado tanto y conseguir plasmar y revivir una historia tan cruel y horrorosa como esta. Se entiende a lo que me refiero, ¿no?
Creo que para leer este tipo de novelas hay que saber apreciar la literatura sin límite. Y entender que todo es ficción aunque la gran parte está basada en hechos reales. El ser humano, a veces, puede llegar a cometer aberraciones que nunca llegaremos a  entender por qué las ha hecho.
Y como dice Ramón Cerdá en la sinopsis:

¿Dónde termina la verdadera Enriqueta Martí y dónde comienza La Ropavejera?: Eso nadie lo sabe…
… ni lo sabrá nunca.


Vídeo encontrado en youtube que cuenta la historia de Enriqueta Martí:














Corto cinematográfico: Idea original RAFA LIS, escrita y dirigida por NACHO RUIPÉREZ




Presentación:







Biografía:

Empresario y novelista, nacido en 1964 en la ciudad de Ontinyent (Valencia).
Además de por su andadura profesional como asesor de empresas desde 1990 y fundador de Sociedades Urgentes, Ramón Cerdá es conocido por su actividad literaria, habiendo publicado hasta la fecha numerosas obras de ensayo, y principalmente, novelas.
En sus novelas podemos encontrar una combinación de misterio, acción, personajes peculiares y algunas pinceladas de temas paranormales. Ha desarrollado en sus tramas la clonación, el espiritismo, los viajes astrales, la reencarnación, la posesión diabólica, las psicofonías o las alucinaciones, entre otros temas. Se trata de novelas de género, que se podrían clasificar entre negra/thriller/psicothriller/policíaca, e incluso terror. También escribe novela erótica.
Destaca su trilogía de LA HABITACION DE LAS MARIPOSAS, EL FANTASMA DE LOS SUEÑOS y EL ENCANTADOR DE ABEJAS.
En 2012 rescinde su contrato con la Editorial que ha estado publicando habitualmente sus obras para lanzarse a una nueva etapa de carrera en solitario, coincidiendo con la aparición de LAS VOCES DE LAS HORMIGAS después de haber acumulado con sus anteriores novelas un total de más de 160.000 ejemplares vendidos.
2013: Reescribe por completo su novela más sangrienta: EL ENCANTADOR DE ABEJAS
Más info:
Twitter: @ramoncerda


Hasta la próxima!!!!



miércoles, 21 de enero de 2015

Séptima entrega de "Te robo una frase": Hechizo de almas


La frase elegida de este mes es:


Nadie respondió. El viento suspiraba entre los árboles, haciéndoles emitir susurros misteriosos. A la sombra oscilante de los olmos que se alzaban del otro lado del muro podía ver la lápida de Hubert Marsten.

Hechizo de almas 

Rodeada de árboles añejos, una aldea abandonada, construida de madera, estaba en un rincón del bosque. Escondida. Una anciana era la dueña.  Se la conocía como “La druida sacerdotisa”.
En Irlanda, al perseguirla por bruja, no le quedó más remedio que escapar de sus tierras, huyendo para siempre. Acompañada por su búho, su arpa, y algunos de sus amuletos; buscó la libertad atravesando vientos y mareas.
Cliothet, la druida, pertenecía al grupo llamado Banfilidh de la isla de Saina. Tienen el poder de convocar tempestades y de transformarse en aves, por esa razón se trasladan con facilidad de un lugar a otro, por más lejano que éste sea. Este grupo de mujeres dominan la magia de las piedras y las hierbas curativas, tanto para hechizos de amor como para curar enfermedades atroces.
Así fue cómo hace más de sesenta años logró llegar a donde hoy, después de tanto tiempo, sería su hogar.
Por fuera se observaba un lugar abandonado y paredes agrietadas. Pero tras pasar el portal, era un lugar acogedor, cálido y curioso. Lleno de antigüedades provenientes de la cultura celta.
En su juventud fue una bella mujer, de largos cabellos finos y suaves como la seda del color del sol y brilloso como su resplandor. Alta, muy alta y delgada.
Sus ojos eran dos perlas azules. Unas orejas largas y puntiagudas adornaban su rostro ovalado. Unos labios finos color fresa, como sus mejillas, eran el rostro que contemplaba el horizonte.
Cada nuevo día, Cliothet, escoltaba el nacimiento del alba con la melodía de su arpa. El cantar de los pájaros cortejaba su voz armoniosa, dulce y angelical. A pesar del paso de los años, sus cuerdas vocales no parecían haber variado.
Su largo y blanco cabello, reflejo del paso de los años, se mecía junto a la suave brisa del viento, que llevaba sus mechones como si éste tuviera manos y lo soltaba al aire para que adornara el paisaje y cayeran lentos, junto a las hojas de los árboles que volaban también.
Cada amanecer esa guarida oculta daba vida al temeroso y solitario bosque. Pero esta vez fue diferente, al salir a tocar su instrumento y dar esa sinfonía diaria, algo vislumbró. Nada más hacer unos cortos pasos, su búho le trajo la noticia. Así fue como encontró a una joven que parecía no respirar.
Después de entrarla como pudo arrastras a su casa, le dio un brebaje con la esperanza de volver a sentir sus latidos. Cliothet, de inmediato, decidió transformarse en ave para recorrer el enmarañado bosque e investigar algo sobre lo que podía haber pasado.
Nadie respondió. El viento suspiraba entre los árboles, haciéndoles emitir susurros misteriosos. A la sombra oscilante de los olmos que se alzaban del otro lado del muro podía ver la lápida de Hubert Marsten.Vacía.
Así fue como encontró al hombre sin vida, al pie de un árbol, observando que sus raíces parecían abrazarlo. Ella, que se entendía bien con la naturaleza, fue a por un mágico polvo con el que haría el “ritual de pasaje”. Consistía en convertir su inerte cuerpo en semilla para que pueda renacer. Mientras dejaba pasar los minutos que se necesitaban para que funcione la magia, fue a asegurarse que la muchacha estuviera viva.
Al llegar, apenas un susurro salió de sus labios: —No me dejes, te seguiré donde vayas, amor mío.
Con la mirada fija frente a Cliothet, levantó su mano, con su último suspiro como queriendo alcanzar algo. La anciana, acarició los suaves párpados cerrando los ojos de la muchacha, mientras entendía que una triste historia de amor acababa de morir.
—Esta vez, no se repetirá la historia. Conseguiré que sus almas sigan unidas de alguna manera.
Con tristeza, la druida recordó lo que sufrió cuando tuvo que abandonar al amor de su vida sesenta años atrás. Le dio el brebaje mágico y cuando la tuvo convertida en semilla entre sus manos la llevó al lado de Hubert Marsten, enterrándola junto a él.



                                                         ************
Cuenta la leyenda que en cada primavera, dos árboles, se mantienen enredados con sus troncos durante toda esa estación. El resto del año, se podía observar una de sus ramas unida a la del otro, formando una entrada floral hacia el bosque.




21 de enero 




lunes, 15 de diciembre de 2014

Te robo una frase: sexta entrega. "La bestia que vive en mí"


Otro mes más que Ramón Escolano nos invita a participar en su blog en el juego:Te robo una frase. Este mes la elegida es:
"Convirtió en garra la mano derecha y con ella trató de rasguñarme la cara con sus afiladas uñas. Tenía los dientes apretados y regañaba como un perro furioso. La agarré de la muñeca. —De Dashiell Hammett  sacada de su novela: El hombre delgado.


La bestia que vive en mí

Estoy perdida en el laberinto del bosque
no puedo verte
no distingo el camino.
Las raíces de los gigantes árboles
están por todas partes
enredándose por mi cuerpo.
No me dejan escapar,
intento huir y corro,
corro muy lejos.
Me encuentro ciega por un instante,
quieta, sin poder dar un paso más.
La neblina me envuelve con su manto invisible,
me provoca un escalofrío.
De pronto, una bestia salida de no sé donde
Convirtió en garra la mano derecha 
y con ella trató de rasguñarme la cara 
con sus afiladas uñas. 
Tenía los dientes apretados
 y regañaba como un perro furioso. 
La agarré de la muñeca. 

En ese instante
me esforcé en recordar tu calor
pero solo sentí frío, mucho frío.
Me doy por vencida
acepto el castigo,
solo me queda mi pluma,
y mis letras que están vacías.
Mientras mi alma se llena de tristeza,
mi corazón sigue buscando respuestas.
Difíciles preguntas están a la espera,
tal vez, algún día pueda
vencer el miedo,
romper las raíces que me atan
 liberarme de las bestias que me acorralan.
Volver a tener sueños
volver a tener esperanzas
arrancar todo lo que lastima mi alma
a pesar de sentirme tan querida, tan amada.


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lunes, 17 de noviembre de 2014

Quinta entrega en Te robo una frase: "Soy como tú"


Quinta entrega de Te robo una frase creado por Ramón Escolano en su blog Jukeblog.
La frase elegida para este mes es: No se tome la vida demasiado enserio; nunca saldrá vivo de ella. De Elbert Hubbard. Ensayista estadounidense. Propuesta por Frank Spoiler.

Mi relato se titula: "Soy como tú"

Marisa caminaba sin rumbo después de un día lleno de fracasos. Ella solo necesitaba ser escuchada y comprendida. Pero nada de eso sucedió. Cuando tuvo el valor de enfrentar a su familia para decirles que le gustaban las personas de su mismo sexo, se le echaron como jauría encima. No tuvieron reparo en decirle que se marchara y gritarle que era la vergüenza de la familia.  
No eres normal. ¡No quisiste estudiar y solo te limitaste a tocar esa guitarra de mierda que no te sirve para nada! Terminarás en la calle como un vagabundo. Aquí en mi casa no pondrás un solo pie mientras sigas enferma. ¡Eso es lo que eres! ¡Una enferma! ¡Lárgate ya de aquí antes que vomite de asco! —gritaba enfurecido su padre sin piedad. Sin importarle que estaba clavando lentamente un puñal a su hija en medio de su corazón.

Su familia estaba constituida por Roberto, su padre de cincuenta y cinco años;  María, la madre, de cincuenta y su hermana Lorena de dieciséis, dos años menor que Marisa,  quien la adoraba. El amor entre ellas era mutuo. Pero el shock fue demasiado fuerte para Lorena, no pudo decir nada, solo bajó la mirada y marchó a su cuarto decepcionada, llorando.

Marisa, emocionalmente destruida, armó con rapidez su mochila con lo más necesario, su guitarra, que era parte de ella. 
Cabizbaja, sintiéndose una basura, marchó. No miró a nadie. Sin decir palabra cerró la puerta dejando atrás los recuerdos de su familia, el calor de hogar, las charlas y reuniones familiares; los años compartidos con su hermana… Todos esos recuerdos los ordenó en un rincón de su cerebro dejándolos enterrados para siempre. 

Esa tarde fue para ella muy triste, tanto como el día que mostraba un cielo gris encapotado, con unos nubarrones negros y a punto de llover como si fuera la última vez. 
No sabía dónde ir..., hasta que recordó el lugar donde paseó tantas veces con su abuela, el puente de flores, hermoso y colorido; el mismo sitio donde desparramó sus cenizas años atrás.
Sola, desilusionada, tocando la guitarra, lloraba mientras pedía un milagro al cielo...
Un milagro que nunca llegó.


Después de tres días... El teléfono sonó y  rompió el silencio del hogar...

—Buenos días ¿Con la familia de Marisa Hernández?
—Ya no vive aquí. ¿Quién es? —de manera despectiva y fría contestó Roberto.
—Imagino que es su padre, ¿verdad?
—Marisa dejó de ser mi hija desde el día que se fue de esta casa.
—Lamento comunicarle que tuvo un accidente, está ingresada en el Hospital... 

Llorando como jamás lo hizo en la vida, Roberto, subió al coche y fue en busca del perdón.
Tarde, muy tarde. Murió ante sus propios ojos... escuchando un te quiero de su hija con sus últimos suspiros.

Marisa había sido atacada, por ser "DIFERENTE" la primer noche que pasó fuera de su casa. La violaron y recibió golpes que le causaron daño cerebral y los médicos no llegaron a tiempo para salvarla.

Roberto, al día siguiente, sin consuelo, mientras tiraba las cenizas en el mismo sitio donde alguna vez desparramó las de su madre, escuchó una voz que le susurró: No se tome la vida demasiado en serio; nunca saldrá usted vivo de ella





Cuántos padres crucifican y causan la muerte de sus propios hijos por no aceptarlos tal cual son. 
TODOS SOMOS IGUALES.

Esta historia la modifiqué para participar en Te robo una frase. Para quienes quieran leer la historia original clic aquí en mi página de Wattpad.